LA LUCHA DE PARCOY

El pueblo minero más afectado por el Cóvid 19

Mi vida, la de mi hijo y mi familia corren riesgo, mi pueblo de Parcoy no es el mismo de antes, el maldito virus me ha dejado sin trabajo, sin personas de mi entorno, sin paz, pero me ha dado fuerza para seguir adelante y no rendirme. Sigo de pie enfrentándome al Cóvid día a día, porque uno no sabe ni cuando, ni a qué hora te puedes contagias. Señalo, Nataly Baca, Técnica en Minería del Consorcio Minero Horizonte.

Si bien es cierto el Covid 19 causo muchas pérdidas humanas en todo el país, el departamento de La Libertad es uno de los más afectados pues en la Provincia de Trujillo y Pacasmayo es en donde se observó las más grandes cifras de personas enfermas y fallecidas. Pero en el distrito de Parcoy, provincia de Pataz, se vive un infierno y la lucha de sus habitantes ante este virus es constante. Y los medios de comunicación como del estado no sacan a la luz esta información.

Nataly Baca, nos contó un poco sobre lo afectado que se encuentra este Distrito y la ayuda que necesita por parte de las autoridades.

¿Cómo te enteraste que el Covid 19 llego a Parcoy?

Me entere por rumores de vecinos que los policías estaban contagiados, tenían todos los síntomas y se corrió la voz que habían sido trasladados a Trujillo.

¿Cuál fue tu reacción al enterarte, como la tomaste tú y tu familia?

Me sentí asustada, tuve depresión y sobre todo preocupación por mi parte, mientras mi esposo estuvo más calmado y me ayudo a pesar de la enfermedad segui saliendo adelante.

¿El pueblo de Parcoy tuvo ayuda de las autoridades?

No hasta ninguna autoridad, ni mucho menos el gobierno se pronunció las victimas del Covid eran muchas diariamente y todo se salía de control esto hacia que la gente se desespere por buscar oxígeno.

¿Dónde fueron tratados los enfermos de Covid 19 en Parcoy?

La mayoría de gente fue trata solamente en su casa, ya que la posta del distrito colapso totalmente.

¿Qué es lo que pides a las autoridades para ti y tu gente?

Que se acuerden de los pueblos olvidados, que traten de llegar con oxígeno y sobre todo se respeten lo protocolo de bioseguridad. Y a las empresas mineras que apoyen a sus vecinos.

Una historia para siempre recordar, incluso luego de la pandemia

FIORELLA CASTILLO MANCHAY